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Ontologicamente, este sitio sólo pretende compartir los trabajos filosóficos, artísticos, educativos, etc. de los Discípulos De Diógenes, un grupito de amantes de la filosofía que desde un remoto lugar del universo, que podría ser su centro, comparten las profundidades más oscuras de su ser con todo aquel lector que así lo desease.
Nacidos en el profesorado de Filosofía del Instituto de Formación Docente y Continua Nº5 "José Eugenio Tello" y guiádos por la sabiduría del espíritu inmortal de Inocencia (nuestra portera que merece el rango de Directora) ofrecemos a corazón abierto nuestras escazas producciones intelectuales. Esperamos sean de su provecho.

¿Quién era Diógenes?

Diógenes es un personaje muy particular dentro de la Historia de la Filosofía: vivía en un barril (como el chavo) y aseguraba que no necesitaba practicamente nada para ser feliz, puesto que era un militante de la desmaterialización de la vida humana.
Fué discípulo de Sócrates y su estilo de vida constituía una burla a las costumbres de la sociedad de su época.
Su estilo vagabundo y picarezco lo inmortalizó como uno de los pensadores más emblemáticos del Cinismo Filosófico.

¿Porqué ser un Discípulo de Diógenes?

Vivimos inmersos en un contexto netamente materialista, dónde el dinero y la tecnofilia desplazaron al pensamiento, los sentimientos y la espiritualidad de la vida cotidiana del hombre postmoderno.
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Un ejemplo para los niños

jueves, 19 de febrero de 2009

Análisis Fenomenológico de un Párrafo de Jean Paul Sartre

“In Memorian” del Gabi Muñoz, Gonza Rivas, Ayur,
Cocó Sona Sómbori, Mila Burry, La Maja Desnuda, José Rovelli,
El Rasta, Dieguito, Gonzalito, Harry, Maurito, Pastel y los demás como ellos.

T- El Secreto de la Vida

Tengo que dejar de pensar. Lo dijo mi médico: el estrés me está matando, mientras, de a poco, mi organismo se devora a mi propio intestino. Todo culpa de mi mente, que no sabe manejarse y se ata a la materialista condena de esclavizarse a los límites del cuerpo.
Dejar de pensar es proponerle a un hombre que deje de ser hombre, que renuncie a su humanidad. Muchos logran hacerlo, la mayoría quizás. En mí, eso equivale a mandarme a la mierda.
¡La puta que estoy colgado! Mientras el bagre insiste en que lo alimente, se cocina lentamente mi bifecito de pollo. “Hay que esperar haciendo”, dicen que solía decir el eterno Comandante. Matar el tiempo es un lujo burgués muy frecuente, y es que estos regorditos ignorantes no comprenden la imposibilidad de tamaña empresa. No podemos desprendernos de las categorías del tiempo y espacio. ¿No podemos?
Tengo que evitar trabajar, y por trabajar entiéndase “trabajar”: sufrir inertemente el peso de una existencia enajenada a la realización de una actividad plenamente insastifactoria a cambio de una remuneración evidentemente insuficiente y carroñera. Actualmente, ese es el concepto de trabajo mayormente globalizado. Subráyese lo de “globalizado”. Yo mismo voy a subrayarlo: globalizado. Quiero escapar a todo esto, es por eso que tomo entre mis manos un libro de Jean Paul Sartre que cambiará mi vida para siempre, aunque quizás ya había cambiado mucho antes, quizás antes de nacer.
Descubro que no buscar apasionadamente, al punto de comprometer la totalidad (bien surrayadito[1]) de nuestra existencia, para alcanzar la tan ignorada conciliación de los contrarios, la síntesis de lo aparentemente diferente[2], es actuar de mala fe. ¿Qué significa entonces actuar de mala fe? Si espera que le explique en este humilde texto semejante proliferación filosófica, usted está del tomate. Vaya y lea el Ser y La Nada. Después, si usted sobrevive a tamaña empresa, vuelva. Yo lo espero aquí, en este mismo renglón, en esta misma página.
Muy bien, veo que usted es bastante testarudo como para haber leído el Ser y la Nada y volver sus ojos a este delirio, o bien, es tan testarudo que confió ciegamente en sus capacidades cognitivas y omitió la recomendación realizada en el párrafo anterior. Lo felicito, usted es un completo salame. Al menos, ya tenemos algo en común, así que me parece que nos vamos entender.
En pocas palabras, con perdón de Sartre, me atreveré a decir que actuar de mala fe es renunciar a la libertad. Renunciar a la libertad, implica renunciar a la conciencia[3], nuestra posibilidad de elegir críticamente. Renunciar a la conciencia equivale a renunciar al lenguaje[4]. Negar el lenguaje equivale a negar el carácter netamente social de los seres humanos[5]. Negar la sociabilidad es negar nuestra propia humanidad. Negar la humanidad equivale a cosificarse, a alienarse voluntariamente. Cosificare es el equivalente a paralizar las categorías del tiempo y el espacio, emprendimiento imposible, puesto que somos tiempo y espacio en devenir, somos dasein[6]. El devenir es la síntesis, y todo comienza de nuevo, pero a otro nivel. Es dialéctico, todo es dialéctico[7].
Ahora, ajústese los cinturones y encienda de una vez ese porro:[8] sus ojos están a punto de desvelar los misterios más profundos del universo, el máximo secreto de la vida humana.

A- El Ser y La Nada

Sigo sin poder dejar de pensar. Cuanto más trato, más pienso. Me cuesta demasiado ser lo suficientemente Zen[9] como para no estar enfermo. Para ser yo mismo tengo de dejar de ser yo mismo. Mi nada me permitirá ser. El problema es que mi conciencia no puede alcanzar la nada, porque dejaría de ser ella si la vacío de absolutamente todos los contenidos que internalicé en ella durante mis experiencias de vida. Esas experiencias previas, que conforman y condicionan mi pensamiento, sentimiento y acción[10], hicieron que me perdiera, maravillado, entre las palabras de Jean Paul Sartre.
No lo hago desear más, a continuación transcribo para su deleite intelectual el sabroso párrafo del literato francés:

No lo percibe porque, casualmente, ella es en ese instante puro espíritu: arrastra a su interlocutor hasta las regiones más elevadas de la especulación sentimental; habla de la vida, de su vida, se muestra en su aspecto esencial: una persona, una conciencia. Y, entre tanto, se ha cumplido el divorcio del cuerpo y del alma: la mano reposa inerte entre las manos cálidas de la pareja: ni consentidora ni resistente: una cosa.[11]

Estas frases, más allá de su genialidad literaria propia de un premio Nóbel[12], resumen una escena de seducción que se recomienda experimentar antes de habitar nuestra tumba. Léala otra vez, más tranquilamente. Dése una oportunidad de ser feliz.
Quería dejar de pensar, y se me ocurrió realizar un análisis fenomenológico de un párrafo que no se si alguna vez terminaré de entender en su totalidad.
Entiendo que somos una cosa cuando carecemos de voluntad, cuando existimos por inercia, como el hombre masa de Ortega y Gasset, el hombre mediocre de José Ingenieros, el hombre enajenado de Marx, el hombre serializado de Sartre. Somos voluntad de poder, aspiramos siempre a más, todos deberíamos desear ser dioses[13].
Noticia de último momento: usted está vivo. Es libre de cerrar estas páginas y salir a la calle, manifestar por sus derechos, protestar contra la propiedad privada o alimentar un niño moribundo. Pero no, se quedará con su trasero atornillado a donde sea que usted esté apoyado, porque es un cobarde.
¿Cómo sé que es un cobarde? Porque está leyendo en vez de luchar por transformar el mundo en un lugar un poco más digno. Siempre encontrará una excusa para disfrazar su cobardía en una virtud: leerá el diario, creará arte, trabajará o bañará a su gatito siamés. No se preocupe demasiado por ser tan cobarde… ¿le confieso algo? Yo también lo soy: estoy escribiendo algo que ni siquiera sé si alguien leerá alguna vez, cuando debiera estar esgrimiendo algún plan estratégico para conseguir que nos paguen el sueldo a todos los docentes, alumnos, ayudantes y demás parias que nos desempeñamos “ad honorems”, es decir, gratuitamente, en el ámbito universitario, que por cierto, nos sale muy caro.
A fin de cuentas, sólo quería que usted sepa que todos los contarios se concilian, tarde o temprano. La mediocridad seduce a las masas, así que cuídese de no ser uno más del montón. Juéguese por ser distinto: se puede fallar, pero es nuestra obligación moral intentarlo. También es una obligación estar políticamente comprometido a cada paso que damos por este mundo: los que no se preocupan por los demás merecen la muerte física. La muerte cerebral ya la tienen, desde el momento en que deciden que la política no es lo suyo. No interesarse por la política equivale a suicidar el intelecto voluntariamente y condenar al resto de la humanidad a la perpetua miseria y desigualdad.[14] Se está contra el sistema o con él, se es cómplice o revolucionario, no hay otra opción, mientras las cosas no cambien desde la base[15].
Ni ricos ni pobres, ni explotados ni explotadores, ni Al Qaeda ni Obama: el secreto de la vida es el Ser y La Nada confluyendo en algo innombrable: el Tao. ¿Qué tienen que ver los orientales en esto? No puedo yo hacerlo todo por usted, así que vaya e investigue, los libros no muerden, pero si pueden salvarle la vida.[16]

S- La Revolución de los Pingüinos
[17]

Realmente me sorprende que usted no tenga nada más importante que hacer que leer un apartado con un ridículo título como el precedente. Debiera de preocuparlo. Se nota que ha madurado. Ahora usted es seis páginas más testarudo. Pero ya que nos encontramos en el baile, bailemos. ¿Me permite la última pieza?
Informarse[18], elaborar[19] y comunicar[20], debiera ser la ley primera del hombre. Eligiéndome a mí elijo a la humanidad[21], por lo que se puede inferir que, si elevo alguna máxima a la categoría de ley absoluta y universal, es porque la misma se convirtió en una norma de vida para mí mismo. Todo lo que hago en mi vida está relacionado con mi hobbie remunerado:[22] informarme, elaborar y comunicar.
Pero es imposible cumplir con dicho objetivo siendo una oveja, un animal de rebaño, un seguidor de falsos dogmas, ídolos y sectas,[23] responsables de la “inversión de todos los valores”, como diría el bigotudo Nietzsche.
Oliverio Girondo[24] no concebía la existencia de una mujer que no sepa volar. Yo libero su expresión de prejuicios de género y combato por un instante su violencia simbólica:[25] es imposible concebir un ser humano que no sepa volar. Y eso que todos tenemos alas, pero resulta que algunos aprendieron que no saben volar y otros se olvidaron de lo que supieron ser.
Llevo horas fastidiando a mis lectores con palabras que seguro, jamás entenderán en toda su extensión. Porque las palabras son anchas, infinitamente signos de otros signos.[26] Pensar que sólo trataba de escribir un cuento para no pensar, pero me colgué pensando. ¡Maldita y bendita Marihuana![27]
Pobre la gente que no sabe volar, que olvidó sus alas o que todavía no se da cuenta que las tiene. Son aves que, por costumbre, se pierden la maravillosa sensación de entender el mundo, que sólo puede verse desde arriba.
Los Nada: ellos son el objetivo. Debemos predicar el Santo Evangelio de los Oprimidos, transformar esta pesadilla en un verdadero sueño, despertar conciencias, molestar conformidades, escupir a la miseria, desterrar las desigualdades, sembrar alas. Debemos convencerlos de que se levanten. ¡Entreguemos nuestros corazones para construir juntos la Revolución de los Pingüinos!... Pero no todavía, no ahora, se me hace tarde, ya amaneció y pintó el bajón.[28]
Releo lo que escribí: lo que creí era mi obra maestra, no es más que una serie mal encadenada de desvaríos propios de un neurótico intestinal y esquizofrénico como yo.
Pronto me iré a dormir, por fin terminará este delirio. Mañana me levantaré, me vestiré, consumiré un día más en este mundo de tristezas y opresión, me enamoraré, tendré una familia, me encerraré en la rutina perdiéndome en esta masa inerte de muertos con pretensiones de existencia; viviré mi vida, una vida normal y madura como la de los demás… y por fin lograré dejar de pensar.[29]
CITAS:

[1] Felicidades, usted está leyendo la nota número uno de mi tesis, mi premio Nóbel, mi mayor creación, mi esencia, mi obra en perpetuo devenir, el seguro a mi inmortalidad, la llave que abre las puertas de la eternidad, la gran solución a los grandes enigmas de la filosofía (todo lo que conocemos como ciencia es, en su esencia, filosofía), la solución de los grandes males de esta patética humanidad deshumanizada; y en esta primera cita no voy a perder la oportunidad de citar al más grande pensador contemporáneo: yo. Me cito para aclarar que digo yo que es lícito publicar un texto donde figure la palabra “surrayadito” aunque el Word lo surraye con rojito (se recomienda agregarla al diccionario, lo que consistiría en la realización de un heroico gesto revolucionario). Yo estoy acostumbrado a decir “surrayadito” y no “subrayadito” y los míos entienden perfectamente a que me refiero (los ajenos también). Por lo tanto adhiero a mi tesis lingüística que afirma que no hay leyes pal lenguaje mientras se entienda, todo cambio introducido en el convencional sistema de códigos de una cultura se relaciona más con la creatividad, el arte y el “progreso” que con un error, puesto que colabora con la permanente evolución hacia ningún lado que persigue todo lenguaje. Adhiero con los demás autores (contemporáneos e históricos) que proclamen en sus teorías conceptos análogos a los aquí expresados. Bibliografía utilizada para fundamentar la presente cita: ALBA, Juan Pablo. “Análisis Fenomenológico de un Párrafo de Jean Paul Sartre”, Pág. 1. Año 25 dA*.
* Cabe en esta oportunidad aclarar esta cita con otra cita, que explica el sistema de referencia espacio-temporal utilizado: el sistema aA/ dA (“antes de Alba” (o sea, yo) y “después de Alba” aluden a la fecha en que se produzco mi nacimiento (1983), amanecer de una nueva era (no es casual el nexo entre el concepto amanecer y mi apellido Alba) para la humanidad y el fin de los antiguos tiempos cristianos (el periodo más funesto y patético de la historia de la humanidad). Bibliografía: ALBA, Juan Pablo. “Análisis Fenomenológico de un Párrafo de Jean Paul Sartre”, Pág. 1. Año 25 dA*
[2] Conciliar los contrarios implica luchar hasta el hartazgo por la supresión de las clases sociales, logrando alcanzar la igualdad, la justicia y la paz. Que no le quepan dudas, sí, soy marxista (Galeano y Freire también). Por favor, no se alarme tanto: no es pecado leer a un marxista. Usted no se asuste, las sangrientas dictaduras ya pasaron, ahora nos mata el estrés, al igual que a todos los libres pensadores de izquierda que nunca estarán a gusto dentro de un sistema que los aplasta. Además, téngase fe, usted también puede entendernos.
[3] Definiremos el término conciencia tomando de referencia el E.C.R.O. de la Psicología Social, única escuela psicológica materialista, científica y crítica. Toda psicología es social. Por ende, la única y verdadera psicología es la Psicología social, en adelante, denominada como debería ser para todos los espíritus amantes del saber: simplemente “psicología” ¡Aguante Pichón Rivière!
[4] Expresión fundamentada en la lingüística rusa y la antropología, principalmente en Claude Lévi-Strauss y Clifrord Geertz.
[5] Ídem Anterior, Sócrates y otros.
[6] Entendiendo el término Heideggeriano “dasein” como la confluencia del tiempo y el espacio en una misma categoría (ser y estar conforma un binomio irreducible a sus singularidades).Tiempo y espacio son relativos (Albert Einstein) pero imprescindibles. Los antiguos Incas llamaban “pacha” a la confluencia de estas categorías (obvio que no se hicieron tan populares sus principios filosóficos como los de Heidegger, seguro porque ellos no son gringos).
Cabe destacar que nos encontramos frente al tercer batacazo teórico que ha modificado mi vida para siempre. Las otras dos grandes verdades dentro de mi sistema de ideas: Marx y Sartre.
[7] Usted no puede comprender el término “dialéctico” si no comienza a investigar la filosofía del gran maestro Heráclito. Para entender a Heráclito, no olvide que fue netamente influenciado por la filosofía mística-egipcia de Hermes. De Hermes a Confucio, ya queda un solo paso. La filosofía Inca también es dialéctica en su esencia. La dialéctica en la ciencia:lea a Edgar Morin. Anímese y salte dentro la infinitud de la filosofía, hágale un favor a la humanidad y piérdase en sus exquisitos laberintos. Apasiónese, su vida depende de ello.
[8] Conste en actas que no se intenta hacer una apología de las drogas, sino que el autor se manifiesta consciente y libremente a favor de la despenalización de toda sustancia natural, obtenido por medios artesanales sin procedimiento químico de laboratorio, que el ser humano decida críticamente consumir, sin llegar a su abuso. Muchas leyes son huellas de la estupidez humana que actualmente gobiernan nuestras vidas, como también lo son la policía, el dinero, la propiedad privada, las clases sociales, las colas interminables de los bancos y demás servicios públicos, la educación privada, el maquillaje, la moda, etc.
[9] Se recomienda leer el libro “El Zentido de la Vida”, obra de Rafael Teicher que una vez presté y nunca volvió a mí. No sé cuál de mis amigos sos, pero por favor, si leés esto devolvémelo, no seas rata.
[10] ¿Determinismo Histórico o libertad esencial? A esta cita le correspondería todo un ensayo para que la cuestión pueda ser investigada como debe ser. Vamos a ir al grano, afirmando que entre la concepción psicológica del medio como determinante de nuestra subjetividad y la concepción del hombre “condenado a ser libre” de Sartre, existe una perfecta síntesis: estamos condenados a ser libres, pero la libertad consiste en la posibilidad de poder elegir nuestras propias cadenas. Nuestra existencia precede a nuestra esencia, pero ese “existir” ya presupone la existencia de un tiempo y un espacio, irremediable y concreto, en que nacemos. No existen como categorías ideales “a priori” como diría Kant, sino que responden a ciertas condiciones concretas de existencia que nos condicionan, pero no nos determinan. Nosotros hacemos a la historia que nos hace, construimos la realidad que nos construye.
[11] SARTRE, Jean Paul. “El Ser y La Nada”. Editorial Losada. 1966. Pág. 106.
[12] ¿Quién más podría poner tantos “dos puntos” en un mismo párrafo, sino un genio que rechazara el premio de ser históricamente reconocido a cambio de ser históricamente reconocido por no querer ser reconocido? Yo sigo sus huellas: anoche, en medio de un arrebato filosófico de alto vuelo intelectual (surráyese lo de “vuelo”) sé que logré conciliar una dicotomía filosófica que, redactada en forma de tesis, pudiera haber cambiado la Historia de la Filosofía Mundial. Lamentable e irónicamente, culpa del mismo vuelo que produjo la concepción de dicha tesis que seguramente me hubiera valido la adquisición de un premio Nóbel, la olvidé repentinamente. Sólo recuerdo que era fenomenal. Estaba en proceso de deprimirme por mi infortunio cuando recordé que ganar un premio Nóbel y perderlo en el mismo instante no era tan malo, porque nada prohíbe que pueda ganarme un segundo premio Nóbel. En su búsqueda me lanzo con este texto. Si no lo gano, no importa, también lo hubiera rechazado, como Jean Paul Sartre, por motivos ideológicos, obviamente.
[13] No prosiga la lectura sin antes pegarle una releidita a las obras completas de Friedrich Nietzsche y las principales obras de Artur Schopenhauer… porque… ¿ya las leyó, no?
[14] Si todavía tiene dudas y no comparte la idea del compromiso político, lo invito a leer a Bertolt Brecht, no recuerdo precisamente que obra, así que léalas todas para asegurarnos, con tal usted tiene tiempo. Yo no puedo ponerme en la tarea de explicarle, porque tengo que seguir escribiendo. Discúlpeme usted, pero es inminente el aterrizaje. De suceder eso, esto se tornará netamente aburrido. No quiero perder el ritmo… ¿venimos bien, o no?
[15] Para entender que tipo de base es necesario para crear un cambio real en este mundo idiotizado y moribundo, se recomienda una lectura obligatoria para poder ser un ser humano: El Manifiesto Comunista, de Marx y Engels. Vaya y lea. Yo siempre lo espero.
[16] Por favor, no insista en que los demás le expliquen todo siempre, ¡ponga usted también un granito de arena hombre, no sea terco! En la filosofía no hay damnificados, sino sólo ganadores. No me haga preocupar con su actitud escéptica a leer las obras que le propongo, porque si yo me enojo, se mi irrita el Colon, y las consecuencias después las pago con sangre, literalmente hablando. ¿Listo? Pasemos al siguiente apartado.
[17] Quédese tranquilo, conozco un poco de psicología, sé que está harto de estas citas y profundamente indignado con mis divagaciones. Lo felicito: sólo el 23,45% de los lectores llegan hasta este punto del texto. Usted ya está cerca de la meta, pero sólo la logran el 0,26% de los lectores. ¡No se pierda esta oportunidad de ser único!
P.D.: lo que pretendía aclarar con esta cita es que, aunque le parezca completamente ridículo el título de este apartado, tiene una explicación que, espero, su conciencia alcance el grado de madurez suficiente como poder comprenderlo. Si hizo los deberes, es decir, si vino leyendo las obras propuestas en el orden señalado y a conciencia, no creo que tenga mayores dificultades en descifrar este ridículo enigma. Una ayudita: informarse sobre el pachacuti de los Incas puede ayudarlo a comprender este título.
[18] Entiéndase por “información” la interiorización de una estructura, de una idea, de un color, en fin, de cualquier experiencia, que por medio de cualquier sentido, pase a formar parte de nuestra conciencia, conscientemente o inconscientemente. Pero la información que debemos buscar voluntariamente es la más académicamente establecida posible, no por respeto a las instituciones, sino simplemente, por su carácter científico. Sin saber no podemos ser.
[19] Entiéndase por “elaboración” al proceso de asimilación y acomodación, de relación y puesta en interacción de las diferentes estructuras, previamente internalizadas y luego tamizadas, teñidas y criticadas por el paradigma científico-materialista de la dialéctica histórica.
[20] Entiéndase por “comunicar” todo acto de exteriorización de nuestras estructuras internas elaboradas. El arte (dibujo, pintura, escritura, música, baile, y demás formas de expresión), la participación en los medios (al estilo de Rodolfo Wals, único periodismo verdadero), la docencia, la militancia, el simple andar por el mundo “comunica” lo que hacemos, proponen un ejemplo, un modelo de vida, y por lo tanto, politizan. “Hacemos política al caminar”, suele cantar Rally Barrionuevo, sino consulten con las canciones de Serrat, Sabina, Silvio y la trova en general. Se recomienda releer la cita número 14.
[21] SARTRE, Jean Paul. “El Existencialismo es un Humanismo”
[22] Prometí a mi padre, hace años, que iba a morirme sin trabajar, si se entiende por “trabajo” lo explicitado en la primera página de este texto. ¿Cómo pensaba vivir? Con un hobbie remunerado, es decir, me van a pagar por hacer lo que me gusta. El trabajo debe ser una actividad netamente creativa y libre, como lo soñó Marx. En ese camino se encuentro actualmente, y es una meta que pienso seriamente en cumplir.
[23] El Cristianismo, en todas sus manifestaciones, es la mayor secta del siglo XXI, responsable directo de la enfermedad mental más grave de la actualidad: el fanatismo religioso. Las demás teorías idealistas y las materialistas-capitalistas son igual de nocivas para la salud mental de los pueblos. Dios es un concepto medieval ya pasado de moda. En el siglo XXI, Dios atiende en google.com.
[24] Nadie puede decirse a sí mismo escritor o poeta si no ha leído previamente a Girondo. Caso contrario, el arte está perdiendo un gran potencial creativo.
[25] No se puede paras por este valle de incertidumbres llamado “vida” sin leer, al menos, una obra de Pierre Bordieu. Téngale paciencia y trate de entenderlo, vale la pena.
[26] ¡Gracias Pierce! Si usted es intelectualmente honesto consigo mismo, ante cada término, cada sustantivo propio que conforma este texto, investigará y se informará, en otro libro, sobre quién eran o que significaban esos conceptos. Y ante el nuevo libro, hará exactamente lo mismo (como los hipertextos en Internet). Todos los libros son, en el fondo, el mismo libro. Por lo tanto, este texto es infinito. Si usted realmente sabe leer, nunca llegará a la página diez. Bienvenido a la locura.
[27] ¡Gracias Bob y Coca Manca! (repasar la cita número ocho)
[28] Estas suelen ser el tipo de automentiras, actos de mala fe que resultan encubridores de nuestra infinita cobardía a ser lo que debemos ser, porque es difícil brillar en un mundo de ciegos.
La revolución es una eterna lucha contra uno mismo.
[29] ¡Por fin seré feliz! (Para aprender a ser feliz, también leer sobre Diógenes)
“La inteligencia conduce irremediablemente a la tristeza” (Ale Dolina dixit)
Según Sigmund Freud, sólo hay dos formas de ser feliz en este mundo: una es hacerse el idiota, la otra es serlo realmente. Usted puede ir eligiendo con tranquilidad. Yo, a igual que el viejo Nietzsche, ya escogí la tristeza de saberme Humano, demasiado Humano.
PD: Ningún pingüino entendería este texto.